En la sección deportiva del periódico La Nación de San José, Costa Rica, el Martes 4 de Marzo de 1975 salió la publicación adjunta. En esa ocasión, dos muchachos Costarricenses, un tanto ingenuos, decidieron participar en el Panamericano de Lima, Perú. Sin ninguna afiliación a la FAI, sin un equipo completo, un participante con 17 saltos y el otro con 165 se embarcaron en esta aventura. Con toda certeza los Costarricenses nos consideramos campeones ya que se trajo de vuelta la presea más valiosa de todas, la amistad de muchos hermanos y hermanas que todavía perdura. No se aprendió mucho ya que al regreso, se continuó saltando sin preocupaciones y con esa inocencia juvenil que le impide a los paracaidistas envejecer. Continuamos saltando en la costa del Pacífico central de Costa Rica divirtiéndonos a lo máximo y durmiendo en la playa. El salto de precisión consistía en tratar de caminar lo menos posible al hangar donde empacábamos. Nuestros amigos y novias se encargaban de proporcionarnos tensión para empacar; que es eso de tensión????? Y así transcurrió el tiempo en una linda era.
Malaquías mejor conocido como Malaco, sigue como piloto de fumigación y también compró una finca ganadera. Roberto hizo su “penúltimo” salto el domingo 30 de Junio de 1996, unos treinta años y meses después de su inicio en el deporte en 1966. Él está semi retirado y dedica una gran parte de su tiempo en proyectos de bien social. Con el tiempo, la civilización y el progreso llegaron a nuestra zona de salto. En la pista de aterrizaje que daba servicio a los aviones de fumigación se construyeron varios condominios. El progreso y la civilización creció y ahora hay hoteles, más condominios, bares, casinos, discotecas, supermercados, bancos, etc. La nueva generación, las pocas veces que pueden, saltan más al sur en la costa del pacífico. Si alguien quisiera dormir en la playa, posiblemente le pase un cuadraciclo por encima y posteriormente los asaltarían. El progreso y la civilización sigue avanzando hacia el sur y a este ritmo terminaremos emigrando por la costa, posiblemente hasta Perú y Chile. Hay tanto de que hablar y tanto que compartir.
Cielos azules, un abrazo para todos, y nos vemos en “La Reunión de los Siglos!!!”
Roberto Fábrega
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